Si de algún proyecto estamos orgullosos en el estudio es del 3º premio conseguido en el concurso “Javier Morales”, promovido por Hercesa para un centro parroquial en Los Hueros, Guadalajara. El jurado estaba formado por mas de diez personas de diversos ámbitos: un arzobispo, Alberto Campo Baeza, empresarios, ingenieros, críticos de arquitectura.
Fueron tres meses de trabajo en pleno verano, la mayor parte del tiempo de búsquedas. Enfrentarse a la arquitectura sacra es algo que antes o después todo arquitecto “teme” hacer. Nosotros transitamos por desiertos, lo pasamos mal por el grado de exigencia tan alto que os habíamos propuesto.
Inesperadamente apareció el proyecto, cobró vida propia y empezó a pedirnos cosas. Llegó el momento de poner en práctica la frase: “deja al proyecto ser, no pongas tus sucias manos sobre él”. Aun hoy, al mirar la maqueta, descubrimos cosas nuevas, enseñanzas, relaciones, sentidos no previstos.
Nuestro agradecimiento a los estudiantes Carlos Lobo Díaz-Pinto y a Javier Pardo Ballesteros, por su colaboración en el desarrollo de la propuesta.
